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LA RAZÓN DE NEGOCIOS Y MATERIALIDAD DE LAS OPERACIONES

A más de diez años de convivencia con el concepto de Materialidad y cinco del de Razón de Negocios, los contribuyentes se siguen preguntando cuánto es suficiente para demostrar que las actividades que amparan los CFD fueron llevadas a cabo en la realidad, si de inicio el SAT no confía en las documentales que se le muestren y no cree en las argumentaciones de los gobernados, lo que los deja en un estado de completa indefensión.

Aunado al hecho de que la autoridad encontró a un aliado fundamental en la corte para dar validez a estos dos conceptos en materia de constitucionalidad, carga de la prueba, momentos de solicitud de información y validación de los procedimientos.

Igualmente, también hay que decirlo, la autoridad ha estado realizando su trabajo y ha fortalecido toda la legislación relativa al artículo 5-A y 69-B del Código, ampliando sus tiempos de respuesta, corrigiendo o redefiniendo conceptos, modificando supuestos para ser considerado como EFOS, actualizando sanciones, eficientando sus planes de fiscalización y adicionando obligaciones a los contribuyentes, lo que decanta en un perfeccionamiento y fortalecimiento continuo de los mecanismos contenidos en dichos artículos.

Los contribuyentes y los asesores no pueden permanecer contemplativos ante esta situación por lo que tienen que comenzar a poner especial atención a las operaciones de la empresa y a la definición interna sobre qué información puede considerarse como suficiente para evidenciar la realización efectiva de sus operaciones

Para dar luz a la demostración de la real ejecución de los proyectos sirvan las siguientes recomendaciones:

  • Se debe comenzar a pensar primero en la Razón de negocios y luego en la materialidad de las operaciones, ya que actualmente primero se realizan los proyectos y posteriormente se le pretende dar Razón de negocios a los mismos. Cuando en realidad debemos partir al revés, primero se tienen que analizar los beneficios por la adquisición de un bien o servicio, se estructura el contrato, se elabora el CFDI correspondiente y por último se va construyendo la materialidad conforme los mismos se vayan ejecutando.
  • La autoridad no está obligada a adminicular o correlacionar las pruebas que los contribuyentes le presenten, por lo que son estos últimos los obligados de concatenar cada una de las documentales. Es decir, cada documento por sí solo no dice nada, por lo que se tiene que relacionar con otros y explicar de manera lógica, coherente y razonada la parte del proceso en la que cada elemento participa, así como la forma en la que contribuyen al logro del objetivo final, de acuerdo a la operativa interna de la compañía.
  • Los documentos que se generen constituyen la Prueba de que las operaciones contenidas en los CFDI se llevaron a cabo en el mundo real, por lo que deben tener la capacidad de demostrar tiempo, lugar, modo, forma, necesidad y capacidad.
  • El contrato puede convertirse en un elemento fundamental para evidenciar la realización de las actividades debido a que del mismo derivan diversas documentales como: antecedentes, entregables, duración, comunicación, lugares de entrega o de prestación de servicios, logística, costos, etcétera.
  • La mejor manera de dejar plasmada la forma en la que cada uno de los componentes se concatenan, se comunican y se complementan unos con otros hasta el logro de los objetivos para los que fueron requeridos es a través de un manual, por lo que necesariamente las empresas tienen que sensibilizarse sobre la utilidad de los mismos y dejar de considerarlos como un gasto innecesario o como un elemento que solo abona a la burocracia interna.

Tal como se aprecia, no se trata nada más de recopilar evidencia fotográfica, de comunicación, de intercambio de información, entregables, activos, personal, contratos, etcétera; sino que se tiene que justificar la forma en la que cada uno de ellos se relacionan entre sí. Se debe tener sumo cuidado de evitar mostrar documentales que no se correlacionen con otras o que no vaya acorde con lo estipulado en los contratos ya que la autoridad las va a desechar.

Para lograr el objetivo primario de dejar evidencia de que las operaciones que amparan los CFDI de las empresas fueron realmente realizadas se requiere de un esfuerzo de todos, no solo es problema del contador o del abogado, sino que se necesita del apoyo desde la base más alta de la organización, así como la parte operativa, recursos humanos, clientes y proveedores, etcétera., y la única manera de organizar todos esos esfuerzos es a través de un manual o Guía sobre Razón de  Negocios y Materialidad que vaya acorde con los procedimientos internos.

Elaborado por: L.C. Enrique Hernández Pedro

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